Esta mañana de martes he ido al Gadis a comprar pescado. Rutinas del señorito. Mientras esperaba la cola y decidía comprar una rodaja de bonito, pensé que tenía una ración de secreto ibérico en el frigo y que con unas almejas conseguía una versión del porco a la alentejana. Me pones dos puñados de almeja roja.
Fui a buscar a mi madre una hora después y me dijo, detrás de una mascarilla de tela que se ha hecho ella, le compraré unas decentes, tenemos que ir a la frutería a comprar kiwis. Dimos una vuelta de quince minutos y la dejé esperando en un banco mientras yo iba a por manzanas reinetas, tomates en rama y los kiwis.
La chica que me atendió tras la cinta de plástico blanca y roja atada a las cajas de fruta hablaba con acento. Portugués. ¿Eres de Portugal? ¿De dónde? Del Alentejo. Vaya, pues hoy voy a hacer porco a la alentejana. Ponle cilantro. ¿Tenéis aquí? No, yo lo compro en el Lecrerc.
¿De qué sitio del Alentejo eres? De Vidigueira, al lado de Beja, donde vivió en su finca Vasco da Gama… Estupefacto. Ya no anduve contándole que estaba hablando de su casi paisano en un trabajo.
No había reinetas. Cogí Golden. Al decírselo a mi madre me dijo que ella no quería reinetas.
19 de mayo de 2020